martes, julio 27, 2010

Motín

Hace unos meses alguien se tomó, sin asambleas ni cualquier otra instancia de diálogo, un edificio importante mas no imponente. Le quitó la autoridad a las autoridades residentes y se situó cómodamente para quedarse. Entre sus estatutos se encontraban múltiples prohibiciones y sanciones regentes hasta el día de hoy sobre los inquilinos, quienes se han acostumbrado de cierta forma a bajar las armas frente a un contrato casi tácito que impedía las formas de arte visual, musical y otras situaciones creativas. Más de alguno rompió alguna regla en algún momento y, otros pocos, lo hicieron impunemente. Uno de ellos dejó su legado para compartirlo con nosotros:

"Los barrotes de esta cárcel son más finos que cualquier material de construcción. Los muros son de vidrio espejado y la gente pasa al lado de ellos, observándose el nuevo y muy mal hecho corte de pelo, porque para ellos es una casa de finanzas moderna más, no una estructura completa semi-derruida, gobernada por el más duro de los dictadores: el miedo."




Janis Joplin
Work me, Lord